La hepatitis autoinmune es una enfermedad rara, de causa desconocida y más frecuente en las mujeres que en los hombres. Es una afección crónica que provoca enrojecimiento, hinchazón y daños en el hígado. Más información sobre la enfermedad.
¿Qué es la hepatitis autoinmune?
La hepatitis autoinmune es una condición de inflamación del hígado caracterizada por la destrucción del tejido hepático por parte del propio sistema inmunitario de la persona afectada.
Causas de la hepatitis autoinmune
La enfermedad se produce cuando el sistema inmunitario ataca al propio hígado del organismo, provocando una inflamación crónica. La causa del comportamiento autoinmune no está clara, pero se sabe que los factores genéticos y la exposición a virus o fármacos en particular pueden influir en su desencadenamiento.
Tipos hepatitis autoinmune
Existen dos tipos de hepatitis autoinmune:
Tipo 1 (clásico).
Es la forma más común de la enfermedad y puede aparecer a cualquier edad, aunque afecta más a los adolescentes y adultos jóvenes. Suele afectar más a las mujeres que a los hombres.
Este tipo suele estar relacionado con otras enfermedades autoinmunes, como la tiroiditis, la enfermedad de Graves, la diabetes de tipo 1 y la colitis ulcerosa.
Tipo 2
Es menos frecuente y suele afectar a niñas de entre 2 y 14 años. Puede estar relacionado con otros problemas, como la diabetes, el vitíligo y la tiroiditis autoinmune.
Síntomas de la hepatitis autoinmune
Los síntomas varían de una persona a otra y, por lo general, sólo son perceptibles en las fases más avanzadas. Son similares a las manifestadas por otras hepatitis, como:
- Fiebre
- Malestar general
- Fatiga
- Molestias abdominales
- Coloración amarilla de la piel y los ojos (ictericia)
- Agrandamiento del hígado
- Erupciones cutáneas
- Dolor en las articulaciones
- Interrupción de la menstruación
Diagnóstico
El diagnóstico comienza con una anamnesis, una conversación en la que el paciente cuenta al médico detalles sobre la enfermedad y revela sus antecedentes familiares.
A continuación, el profesional sanitario examina el cuerpo del paciente, manipulando para detectar zonas dolorosas, sensibles o inflamadas.
Pueden ser necesarias las siguientes pruebas:
Análisis de sangre: una muestra de sangre para detectar anticuerpos puede distinguir la hepatitis autoinmune de la hepatitis vírica, así como investigar otras afecciones con síntomas similares. La prueba también ayuda a identificar el tipo de enfermedad que tiene el paciente.
Biopsia hepática: procedimiento en el que se extrae un pequeño trozo de tejido hepático mediante una fina aguja y una pequeña incisión y se analiza en un laboratorio para confirmar el diagnóstico y determinar el grado y el tipo de daño hepático.
¿Se puede curar la hepatitis autoinmune?
La hepatitis autoinmune no es curable, pero su tratamiento permite controlar los síntomas y evitar complicaciones.
Tratamientos para la hepatitis autoinmune
El tratamiento funciona mejor cuando la hepatitis autoinmune se diagnostica en las primeras fases, pero también es importante en otras fases de la enfermedad.
Medicamentos
Los corticosteroides y los inmunosupresores son los fármacos más utilizados para evitar que el organismo ataque al hígado.
El tratamiento puede durar desde seis meses hasta varios años antes de que la enfermedad entre en remisión. Algunas personas dejan de tomar los medicamentos en esta fase, pero esto facilita la reaparición de la enfermedad.
Aunque rara vez, en algunos casos la hepatitis autoinmune desaparece sin medicación.
Trasplante de hígado
La hepatitis autoinmune avanzada, que evoluciona hacia la insuficiencia hepática, la cirrosis y los carcinomas, puede tratarse con un trasplante de hígado, que tiene buenas tasas de éxito.
Dado que la enfermedad está causada por anomalías en el sistema inmunitario, existe la posibilidad de que ataque al nuevo hígado, aunque esto no es tan frecuente.
